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1 de noviembre de 2022

Aún estamos a tiempo

El Metaverso se está deshinchando. Bueno, mejor dicho, el interés de los medios por el Metaverso se está desvaneciendo. Después de un gran impulso de marketing en todos los medios de difusión generalistas, boletines especializados y en redes sociales, de repente, parece que el mundo virtual libre y sin trabas da la impresión de haber desaparecido de los intereses mediáticos.

¿es fruto de un cansancio de los lectores o bien es fruto de un cansancio de los inversores? La realidad es que, después de la burbuja de las criptomonedas que vivimos a finales del año pasado y primeros meses de este año, le ha tocado el turno a la burbuja del metaverso. Porque al igual que no tiene sentido que queramos construir una economía del mañana basándonos en una miríada de criptomonedas con dudosa reputación y validez fuera de sus círculos cercanos, tampoco tiene mucho sentido construir un nuevo tipo de vida de la Humanidad en cientos de metaversos diferentes de los que, por cierto, no se puede pasar libremente de uno a otro porque no están conectados. Es como querer decir que la Humanidad tiene la oportunidad de poblar el universo pero que cada pequeño grupo de gente visionaria va a tener la oportunidad de ir a la conquista de una galaxia muy, muy lejana, para dejar su dinero (o la versión en criptomonedas de su dinero) en mundos de los que no van a poder salir, salvo que convenzan a otros exploradores a internarse en sus nuevos territorios, y en los que no van a poder comunicarse salvo con los que se atrevan a internarse con ellos en su mundo concreto. ¡Viva la interoperabilidad y la comunicación que fue el origen de la creación de Internet! ¿Realmente es eso lo que queremos hacer con la “Nueva Internet”?

Es cierto que en algunos mundos, como los de Decentraland, o “Grand Theft Auto”, hay muchas grandes empresas, ¡cómo no!, haciendo grandes negocios ya, sobre todo en el mercado inmobiliario y en el mundo de la moda. Y me pregunto quiénes son los que están haciéndoles ganar tanto dinero, porque si ves el número de habitantes de cada “universo” y las cantidades que todas estas grandes marcas dicen estar consiguiendo de ganancias, me da que la gente debe tener mucho dinero en estos metaversos o no me salen las cuentas. ¿Tal vez es que el dinero virtual que se llama criptomoneda cunde más? No creo.

Los metaversos tienen miles de usuarios. Y, cómo no pueden pasar de uno a otro, son las mismas personas que se dan de alta en varios de estos mundos. Pero recordemos que la humanidad somos más de ocho mil millones de personas. ¡Y pretendemos decir que gracias a blockchain y gracias a los metaversos vamos a resolver el problema de la Humanidad!. Creo que debemos empezar a decir las cosas por su nombre: Eso no es así, Esta tecnología, en gran medida, va a ayudar a crear nuevos modelos de negocio, ya los está creando, a los que solo unos pocos privilegiados pueden tener acceso. Se están mejorando procesos, sí. Pero quedarán muchos, muchos años antes de que las capacidades económicas de millones de personas les hagan tener la más pequeña posibilidad de acceder a esos reductos. El primer mundo económico está creando un mundo mucho más allá del alcance de las mayorías pobres del planeta. Y no es cierto que con ello les vaya a ayudar, a corto plazo a salir de su círculo, real, de miseria. No es por un problema de bancarización. Paremos ya de decirlo para autoconvencernos de eso. Y empecemos a crear y usar la tecnología blockchain que se ha puesto en nuestras manos para facilitar los procesos de la economía real de las personas reales. ¡Podemos hacerlo!. Hay grandes ejemplos de ello, como los de empresas como Comunitaria.com que usa blockchain para facilitar el acceso a la comida (sí, a la comida) a personas desfavorecidas de barrios de Sevilla en España. Que como veis no hace falta irse al otro lado del planeta para ayudar a mejorar el mundo. Porque el objetivo es ayudar mientras la empresa va creciendo. No machacar para hacer que la empresa se más grande a costa de las personas. O como, otro ejemplo, la empresa canaria de Open Canarias que ha decidido ir por otro camino, creando una nueva tecnología deconstruyendo blockchain para que sea más accesible a la gente sin recursos y no sea necesaria la dependencia de criptomonedas para usarlo en sus procesos y, por tanto, pueda ser usada por empresas con capacidades económicas más modestas.

Porque no se trata de que creemos con blockchain y con las tecnologías emergentes un nuevo universo más guay para que “yo”, de manera egoísta, podamos vivir mejor y que los llamemos “metaversos” para que nos suene más “cool” y que, en cuanto pasa la moda, se desinfle el interés por ellos, como está ocurriendo y la masa se mueve a otra nueva tecno-cripto-tendencia. Se trata de mejorar el mundo, el único mundo, en que vivimos para que todos podamos vivir mejor. Aún estamos a tiempo. Yo ya me he apuntado a este objetivo. ¿y tú?

Por Juan Luis Gozalo Fernández