
China y las CBDC - La oportunidad de hacer una Europa más fuerte
En el contexto de la amenaza que representan las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC) para las economías tradicionales basadas en moneda física, he estado reflexionando estos días en que, realmente, para Europa es una oportunidad muy importante para reforzar socialmente la visión de un Estado más unido.
Por un lado, la adopción de las CBDC, a nivel global, es un fenómeno que no se va a poder evitar. Hay demasiados elementos en juego a nivel geopolítico y geoeconómico. Es cierto que, como todas las revoluciones, va a tener momentos de inestabilidad, financiera en este caso, y por consecuencia directa, social. La introducción de una moneda digital va a cambiar la forma en que los bancos centrales operan, ya que tendrán que adaptar sus políticas para garantizar esta estabilidad financiera y evitar la inflación. Su aparición va a provocar un impacto en la oferta monetaria y en la velocidad de la ejecución de las transacciones financieras internacionales, lo que a su vez provoca nuevas tormentas en la política monetaria. Lo estamos empezando a sufrir como ligeras tormentas y aún no ha empezado el huracán.
Otro aspecto importante por considerar es el impacto que la adopción de las CBDC podría tener en la privacidad financiera de los usuarios, siempre celosos de su intimidad, y que, en determinados círculos, son más cautelosos si cabe. A medida que las CBDC se vuelvan más populares, existe el riesgo de que se recopilen y utilicen datos personales y financieros de los usuarios por parte de los bancos centrales o terceros autorizados. Y, claramente, esto podría tener implicaciones significativas en la privacidad financiera y en la seguridad de los datos en contra de las regulaciones que se han marcado por diversas entidades, sobre todo, europeas.
Además, la adopción de las CBDC podría tener implicaciones para la competencia en el mercado de pagos electrónicos. A medida que las CBDC se vuelvan más populares, podrán competir con otros medios de pago electrónicos, como las tarjetas de crédito y débito, y los servicios de pago en línea. No es de extrañar que gigantes como Visa o como MasterCard ya hayan empezado a maniobrar en este sentido. O incluso que grandes grupos financieros, como JP Morgan, Chase Manhattan, HSBC, Barclays o Santander estén inmersos en la creación de diversas empresas de intercambios digitales de pagos.
Sin embargo, hay puntos esperanzadores para la adopción de las CBDC: también podría tener implicaciones para la inclusión financiera como ya se apuntó con la introducción de las monedas crypto como Bitcoin, ya que en algunas partes del mundo, la falta de acceso a servicios bancarios y financieros es un problema importante. En ese contexto, la adopción de dinero basado en CBDC podría mejorar la inclusión financiera al proporcionar un medio de pago digital accesible para más personas con una cierta estabilidad que hoy no se ve en las criptomonedas. Aunque no creo que éste sea el aspecto más importante que está marcando la estrategia de los bancos centrales para evitar riesgos y maximizar los beneficios potenciales de la adopción de las CBDC.
Me interesa enmarcar y ver en este juego económico y político que ha comenzado, los últimos movimientos realizados por China. Por un lado, el experimento de introducción de su Reminbi Digital, el e-Yuan, junto con su aplastante influencia cada vez más notoria sobre los continentes emergentes, es decir, sobre África, América Latina y Sudeste Asiático. Veo implicaciones geoestratégicas desde un punto de vista económico. En primer lugar, porque va a alterar el papel que desempeñan las monedas nacionales como el Euro y, principalmente el Dólar, en el comercio internacional y la inversión extranjera. El reciente anuncio de que Rusia se suma a esta moneda, para provocar una desdolarización masiva del comercio mundial entre un gigante como China y ellos, pero con la complicidad de esos continentes, provoca automáticamente un juego de interés económico brutal sobre las monedas tradicionales. Es en este contexto de inestabilidad donde veo que, a corto plazo, un valor como el oro o como el Bitcoin, pueden tener un hueco para proteger inversiones. No para especular sino para proteger, aunque tras la estabilización posterior, el eYuan vaya a ser el gran ganador de la economía mundial liderada por China, convirtiéndose en una moneda de reserva global, y desplazando a otras monedas, como el dólar estadounidense o el euro, y reducir el poder económico y político de los países que dependen de esas monedas.
De ocurrir esta adopción por múltiples estados de una moneda como el eYuan, basada en un CBDC, podría ser necesario desarrollar nuevas normas y estándares internacionales para garantizar la estabilidad financiera y evitar la evasión fiscal y el lavado de dinero. Y por otro lado, odría tener implicaciones para la competencia económica entre los países. Los países que se unan o que adopten estas CBDC antes que otros, podrían obtener una ventaja competitiva en los mercados globales, en el comercio internacional y en la inversión extranjera debido a que permite transacciones más rápidas y económicas. La adopción de un CBDC por parte de China podría tener implicaciones económicas importantes para los Estados Europeos y otros países del mundo, especialmente si China se convierte en una potencia económica dominante que utiliza su moneda digital para influir en el comercio y la inversión a nivel global. En este contexto, los Estados Europeos podrían considerar diferentes opciones para contrarrestar la influencia de China. Una opción sería acelerar el funcionamiento de su propia moneda digital, el €uroDigital, para competir directamente con la moneda digital china. Sin embargo, si los países no se ponen de acuerdo no se conseguirá a tiempo porque exige tanto una gran inversión en tecnología y recursos (y no es suficiente haber lanzado la activación del Sandbox financiero) como desarrollar una plataforma eficiente y segura y realizar una adecuada gestión del cambio con los ciudadanos. En hacer más Europa justo cuando lo que estamos viendo es lo contrario, un auge de nacionalismos y de búsqueda de individualidades.
Los Estados Europeos también podrían considerar fortalecer la cooperación económica con otros países y regiones, como América Latina, África y Asia, para diversificar su comercio e inversión y reducir su dependencia de China. Pero parece complicado establecer estos puentes en países con los que históricamente sólo hemos visto, en mi opinión, como fuentes de negocio en vez de verdaderos aliados y compañeros de viaje.
En resumen, se avecinan tiempos difíciles. No sólo para el mundo de la cripto-economía sino también para la “realeconomía” con la irrupción cada vez más fuerte de una economía fuertemente controlada como lo es la China y su eYuan.
Juan Luis Gozalo.